José Antonio Abreu: artífice de la música en Venezuela


Lima.- Descansó en paz, finalmente. El maestro José Antonio Abreu falleció esta tarde en Caracas. Su cuerpo finalmente descansó luego de una silenciosa batalla con una enfermedad que lo mantuvo alejado de la escena pública. Pero, seguramente, eso no le importó, Abreu era un asceta convencido, un hombre sencillo, más bien devoto, austero. Él prefirió dejar que su obra, su legado más importante, brillara por él: el Sistema Nacional de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, el Sistema a secas. Y no solo brilló esa obra, sino que hizo eco en otras importantes obras similares en el resto del mundo. Incluso, acá, en la capital peruana, la Sinfonía por el Perú, que lidera el tenor Juan Diego Flórez, realiza una labor social y artística de altura y calidad.
José Antonio Abreu Anselmi nació en Valera (estado Trujillo - Venezuela) el 7 de mayo de 1939. Desde joven demostró grandes habilidades para la música.
Por ejemplo, en la Escuela Superior de Música, "José Ángel Lamas", siendo aún alumno del maestro Vicente Emilio Sojo, demostraba una excepcional habilidad para la improvisación. Cualquiera de sus condiscípulos o maestros silbaba o entonaba una canción, y tomaba José Antonio el piano y se sentaba a improvisar una obra completa. Algo que es cotidiano entre los amantes del jazz, en el plano de la música culta, académica o clásica asombra, sobre todo porque desde el siglo XIX se ha acostumbrado tanto a los ejecutantes como a la audiencia a pensar que la improvisación es cosa del jazz, cuando para los músicos es la esencia.
Pero así, el joven Abreu se granjeó desde muy joven, el respeto de sus colegas. Así que en esa institución estudió piano, órgano, clavecín, composición, dirección orquestal; mientras que en las reuniones sociales era prácticamente el alma de la fiesta, según lo han confesado en algunas oportunidades sus propios amigos.
Como compositor, Abreu es autor de obras sacras. Eso demuestra cómo su vida estuvo dedicada no solamente a la música, sino también a Dios. Entre su catálogo figuran obras con textos del Apocalipsis, y de los evangelios.
Pero, sin duda, su obra magna es el Sistema. En varias oportunidades nos dijo en entrevistas "yo no necesito componer más música, mi obra es el Sistema, mi dedicación es crear orquestas, fomentar la música entre los jóvenes y niños", y vaya que lo insistía. Y así lo hizo.
El Sistema surgió en los años setenta por petición del maestro Ángel Sauce, maestro en la citada Escuela Lamas. Sauce necesitaba que los estudiantes de los instrumentos de orquesta tuvieran una agrupación con la que pudieran practicar. Y le hizo el encargo a Abreu. De modo que aquello que bien pudo haber sido una actividad práctica escolar más, se convirtió en el monumento cultural más emblemático de Venezuela. Y a esa labor se dedicó en cuerpo y alma, asistiendo a las clases y supervisando la labor de los maestros, asistiendo a los ensayos de las diferentes orquestas, corrigiendo a los jóvenes directores, indicando qué hacer y cómo sonar los matices de las obras.
Gustavo Dudamel, en cierta entrevista que le realizamos, nos relató cómo Abreu se dedicó a formarlo como director: "en el carro, mientras él iba a alguna audiencia o diligencia, me indicaba cómo debía atacar ciertas partes en la partitura, y cuando él estaba en la gestión que estuviera haciendo, me dejaba tareas para yo ir estudiando". Y así fue como Abreu le transmitió su saber a Dudamel, casi una dedicación exclusiva, lo preparó para las grandes obras sinfónicas y para extraer de las orquestas los sonidos más delicados o más dramáticos, según el caso.
No hubo estudiante o maestro que no lo alabara o lo atacara. Porque hay que decirlo, Abreu tuvo tantos detractores como admiradores. No obstante, él supo blindar su obra contra las adversidades. Supo hacer lobby y esperar pacientemente a que gerentes, directores de empresas, jefes de distintas oficinas lo atendieran para él proponer las bondades de su proyecto. Y así fue, así ha resultado.
Pero es que Abreu no solamente fue hábil con la música, con las composiciones o con la dirección orquestal -incluso no se amilanó a dirigir desde una silla de ruedas, luego de haber tenido una complicación de salud-, también se formó como Economista, egresando de la Universidad Católica Andrés Bello con los máximos honores, Summa Cum Laude. Cursó posgrados y obtuvo el título de doctor. A la par, también desarrolló una carrera política, y fue congresista en varias oportunidades. Incluso, llegó a ser titular del Ministerio de Estado para la Cultura y presidente del Consejo Nacional de la Cultura, bajo el gobierno de Carlos Andrés Pérez, en su segundo mandato.
Durante la época de los gobiernos de Hugo Chávez y Nicolás Maduro, se dedicó a consolidar y fortalecer aun más el Sistema, fortaleciendo el programa con importantes alianzas internacionales. Hoy por hoy, nadie le niega su lugar en la Historia, con H mayúscula. Solamente le faltó obtener el Premo Nobel de la Paz, aunque atesoró -más para el Sistema que para él- premios y galardones como el Polar, el Príncipe de Asturias, entre otros, e innumerables Doctorados Honoris Causa.
Ya en un plano más personal, Abreu era un hombre reservado, de voz muy queda, tan queda que a veces era difícil transcribir las entrevistas. Su mirada penetrante te hacía saber quién tenía el control. No obstante, era una persona con una memoria extraordinaria, capaz de llamarte por tu nombre en cualquier circunstancia y sin ayuda del asistente, muy buen conversador y amantísimo de la música antigua.
Personalmente, puedo dar testimonios de muchas, incontables conversaciones con Abreu sobre música antigua, sobre la guitarra y la interpretación histórica, incluso sobre temas humanos, divinos. Abreu soportó mis preguntas impertinentes con estoicismo y delicadeza, esquivando o respondiendo con habilidad y cordialidad.
Hoy en día ha fallecido el maestro, y cualquier músico en cualquier parte del mundo sabrá tener para él una palabra. Yo le digo: maestro Abreu, ahora sí le hablará de cerca a Dios y creará, sin dudas, una orquesta celestial. Descanse en paz.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

En breve, la guitarra barroca

Semejanzas entre el cuatro venezolano y el ukelele barítono

Discusión sobre la figueta