DOS CONCIERTOS EN ANZOÁTEGUI





Haber estado en Barcelona y Puerto La Cruz fue maravilloso, no sólo por la posibilidad de compartir con el amable público, sino por participar como público del Festival Internacional de Teatro de Oriente, FITO, un evento que cada año se consolida más, tanto desde el punto de vista artístico como desde el aprecio que su público le tiene.
Pero me toca hablar más desde mi experiencia en los recitales. El primero se llevó a cabo el viernes 20 de octubre, a las 5:00 pm, en la Galería de Arte del Palacio Legislativo. Ciertamente no es precisamente un espacio diseñado para el arte, mucho menos para la música. Sin embargo, los esfuerzos de los legisladores por mantener un sitio dedicado a las expresiones culturales demuestra que la voluntad puede más que cualquier cosa. En sus paredes se exhibieron las fotografías de Nicola Rocco, un valioso fotógrafo que comparte labores conmigo en El Universal, y que ha dedicado buena parte de su quehacer fotográfico al registro de lo teatral. Por lo tanto, decenas de fotografías mostraron los distintos grupos y propuestas escénicas que han pasado por el FITO. Y así como hubo paneles que exhibieron fotos, los mismos ayudaron a crear la acústica necesaria para una presentación musical. A eso de las cinco de la tarde comenzó a llegar el público, conformado mayormente por estudiantes. Supe más tarde que se trataba de muchachos a quienes les llevan instrucción a sus lugares de vivienda y estudio, los fomentan en la apreciación artística, y eso para mi fue uno de los mejores reconocimientos que he recibido en mi vida: ayudar, aportar con un granito de arena en el mejoramiento espiritual de otras personas. Debería haber una crítica que hable sobre mi actuación musical al frente de ese público, y como es imposible para mi hacerlo, pues me limito a comentar lo que vi: chicos entusiasmados con lo que oían, que se rieron cuando les dije algo gracioso, como que la música que estaban escuchando eran danzas antiguas, que se bailaban entre los jóvenes del mismo modo que una música popular hoy en día es disfrutada por los chicos de la actualidad.
Luego, para la segunda jornada, es decir, el sábado 21, fue el Museo Dimitrios Demu, ubicado en Lecherías, el que me recibió, a eso de las 11:00am. Aquí el público difirió del anterior, porque se trataba de gente adulta. Tampoco puedo hablar de mi actuación, sería deshonesto y muy subjetivo, pues cada músico tiene sus propios criterios de autoevaluación, que no son discutibles en público. Lo que sí puedo decir es que disfruté mucho ese contacto con el público, pues hubo interacción. Al finalizar, recibí saludos de algunos que se me acercaron para formular algunos comentarios.
Ya para el año próximo llevaré un repertorio totalmente diferente, del cual poco a poco iré comentando a través del blog. Muchas gracias y saludos a nuestra hermosa región oriental.

Entradas más populares de este blog

En breve, la guitarra barroca

Semejanzas entre el cuatro venezolano y el ukelele barítono

Discusión sobre la figueta