Dos conciertos en el XXXII Festival Internacional de Teatro de Oriente




El pasado fin de semana, los días sábado 3 y domingo 4 de noviembre di dos conciertos en el marco del XXXII Festival Internacional de Teatro de Oriente (Estado Anzoátegui). Estrené el repertorio renacentista, con vestuario y todo. De arriba hacia abajo, las dos primeras son fotos de la cita en Guanta y las dos últimas en la Casa Fuerte de Barcelona, todas hechas por mi esposo Carlos Leopoldo Carrillo, quien me acompañó junto a nuestra pequeña Ana Margarita.
Sábado 3/11/2007
En horas de la tarde nos dirigimos a Guanta, antaño una población aparte y en la carretera que conduce a Cumaná. Hoy en día es un municipio integrado al conglomerado interurbano conformado por Barcelona, Lecherías, Puerto La Cruz y Guanta. De modo que para quien no conoce, no hay manera de establecer dónde empieza uno y dónde termina lo otro.
Nuestro destino en Guanta fue la plaza cubierta Sebastián Francisco de Miranda, una imponente estructura abierta, novísima y estupenda. Ideal para conciertos con sinfónica, salsa, minitecas, teatro, danzas, es decir, para que la gente de esa población pueda disfrutar de lo que desee. Adicionalmente, los camerinos son A-1, una maravilla!!! cómodos, espaciosos... bueno, yo hago el espectáculo sola, así que no sé qué significa caerse a codazos para ponerse el vestuario en un camerino así.
El espectáculo comenzó tipo 8:00 p.m., en medio de lluvia y algo de calor. Poco a poco se fue desarrollando la dinámica, y dándose la secuencia dramático-musical. En principio se había planteado que el espectáculo se hiciera sobre la tarima, pero me pareció que la altura atentaba contra la visión y cercanía que se había planeado para el montaje: Juana Francisca está en su casa, y por más mansión que sea una casa, si vas a visitar a alguien, pues estás como muy cerca de tu anfitrión. Así que montamos el escenario cerca del público.
Como el espacio es abierto, hubo que microfonear, para que todo el mundo pudiera escuchar. El resultado no fue malo, pero tampoco óptimo. Eso sí, la gente pudo apreciar en detalle todo el repertorio sin problemas.
Al finalizar el concierto, la gente aplaudió con entusiasmo. Y hasta una señora amablemente se acercó: "mija, esas manos tuyas parecen unas mariposas, cómo se mueven", y acto seguido ¡me besó las manos! Para mi sorpresa, esto ha sido uno de los homenajes más lindos que me hayan hecho. Obviamente no puedo hacer crítica de mi propio concierto, desde la perspectiva de quien actúa; así que solamente hablo de lo que vi desde acá, desde el escenario.
Seguidamente, el director de Cultura de Guanta, Argenis, me hizo entrega de un reconocimiento firmado por el alcalde de Guanta y su persona, agradeciendo mi participación en el evento. La agradecida y honrada soy yo.
Domingo 4/11/2007
La Casa Fuerte de Barcelona fue el segundo escenario. Las vetustas ruinas sirvieron para dar una atmósfera antigua al espectáculo. Pudimos acercar aún más el escenario al público, con lo cual se dio una feeling más íntimo y cálido. Salí tocando mi guitarrilla, cantando y bailando (hice lo mismo en Guanta), y con los pies descalzos, porque en Barcelona dejé mis zapatos en el carro!!! y no iba a vestirme de renacentista con zapatos de goma del siglo XXI, todo un anacronismo. Menos mal que las ruinas de la Casa Fuerte dieron el ambiente propicio para llevar a cabo la actividad.
La pequeña nota aquí fue que prácticamente también estuvimos al aire libre, pero a diferencia de Guanta, al lado de una avenida céntrica, a cuyo otro lado de la acera un buhonero no se cansó jamás de bombardear con reggaeton. Hubo un momento en el cual Hernán Colmenares, del FITO, le pidió al citado comerciante informal que bajara el volumen, con la excusa de que se estaba grabando el concierto. Al finalizar, una actriz argentina, participante en el FITO, me preguntó que cómo había hecho yo para dar el concierto con semejante escándalo... le respondí lo obvio: "así es la vida en el trópico".
En conclusión: dos nuevas experiencias enriquecedoras y nutritivas, sentí que el público disfrutó el espectáculo, con mucha expectativa y curiosidad... al fin y al cabo, la sonoridad de la guitarrilla es muy cercana al cuatro, y eso lo pudo apreciar con evidencia la gente que asistió.
Nos vemos el próximo sábado 17 de noviembre, a las 11:00 a.m. en el Museo Sacro de Caracas... Entrada libre.

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