A mis maestros
En este comienzo de año 2009, hago un pequeño alto en mis actividades para recordar a los maestros, esas maravillosas personas que dieron buena parte de sí y de quienes he tomado, y aún tomo, para crecer como persona.
(1) La hermana María Teresa, la señorita Crucita Gil, la hermana Rebeca, la hermana Raquel... maestras en el Colegio San José de Tarbes (El Paraíso) y en la música. No solamente lidiaron conmigo en lo que a mi aprendizaje se refiere, sino también me enseñaron los primeros rudimentos en la guitarra. Con ellas aprendí a tocar el instrumento para cantar a Dios durante las misas.
(2) El profesor Laureano Herrera. Cuando yo tenía como 12 o 13 años, mis padres contrataron a Laureano, a quien recuerdo como un personaje especial. Él era profesor de mi primo Alberto Andrade y de mi tía Olga, y luego me entusiasmé y lo contrataron para mi. Nos enseñó a afinar la guitarra y a puntear algunas cosas en el instrumento. Aún yo no sabía leer música, pero ya sabía cómo leer las tablaturas y los tonos, y Laureano empleaba ese sistema para enseñarnos. Aprendimos muchísimas canciones, y sobre todo cómo acompañar con el instrumento.
(3) Luis Alfredo Pérez me dio clases en Musiyama, una de las escuelas de Yamaha, ubicada en el Centro Comercial San Martín. Contaba yo como con 16 años, más o menos. Ya Luis Alfredo me empezó a instruir en la lectura musical, algunas cosas de solfeo, y con ello se me despertó un interés inconmensurable e indetenible por saber más y más sobre la guitarra. Ya para esa época había tenido mis primeros contactos con la música barroca: descubrí a Bach y simultáneamente descubrí que Bach se podía hacer en la guitarra, gracias a un maravilloso disco que mis padres me regalaron, el de Alirio Díaz ejecutando obras de Bach.
Gracias a Pérez, fui como a dos o tres -no recuerdo cuántos fueron- festivales organizados por Yamaha de Venezuela, en el cual participamos estudiantes de todas las escuelas Musiyama de Caracas; tanto en el Teatro Las Palmas como en el Don Bosco de Altamira. En el marco de esos eventos conocí al maestro José Peñín, eminente musicólogo fallecido en agosto de 2008. Una de las frases de Peñín que han marcado mucho de mi quehacer musical es: "la mejor música es la que uno hace".
(4) Lourdes (Lula) Becerra. Luis Alfredo se fue y entró a trabajar Lula, una muchacha que me introdujo más de lleno en la disciplina del estudio de la guitarra. Con ella conocí el método de Julio Sagregas, y el solfeo a través de "Solfeo de los Solfeos" volumen 1-A. Ella me dio clases durante un año más o menos, al cabo de lo cual, dejó la escuela, y me contrataron a mi!!! Fue mi primer trabajo en toda mi vida, corría el año 1981, y trabajé con la señora Lilian Vale y su esposo, durante dos años.
(5) El maestro Aldo Lagrutta. En 1983 dejé los estudios de Estadística en la Universidad Central de Venezuela. Para ese momento decidí que mi verdadera vocación era la música, pero lamentablemente pertenezco a una generación para la cual los padres de uno pegaban el grito en el cielo cuando uno manifestaba que quería ser músico... o artista. Así que me puse a estudiar Comunicación Social en enero de 1984, pero ya en octubre del 83 me había inscrito en la Escuela de Música Pablo Castellanos de Macuto, para cursar Guitarra como Dios manda... bajo la dirección de Aldo. Con él estudié hasta 1987, año cuando él decidió irse del país. Actualmente vive en Alemania y desarrolla una importantísima carrera como concertista, con una técnica estupenda y depurada.
(6) El maestro Leopoldo Igarza, me "adoptó" cuando Aldo se fue. Con él estudié hasta 1989, y luego esporádicamente en el 91, 93, 95, 98... la irregularidad se debe a que me gradué en Comunicación Social, y consecuentemente me puse a trabajar. La vida se complica, y el estudio de la guitarra comenzó a compartirse con otras actividades... eventualmente comencé a dar alguno que otro concierto, en 2001 grabé "Poema Barroco", particié en algunos festivales.
(7) El maestro Bartolomé Díaz es actualmente mi maestro. En diciembre de 2006 decidí adquirir la guitarrilla y en 2007 comencé formalmente a estudiar el instrumento, con el cual hacia el último tercio de ese año mostré el trabajo realizado. Aún sigo con Barto, actualmente trabajo en paralelo la guitarrilla con la guitarra barroca, y mis pretensiones son continuar con esta propuesta...
De verdad, a mis maestros todo mi agradecimiento. Qué Dios les dé salud, oportunidades de éxito y que sigan guiando los pasos de muchos estudiantes. Ojalá toda la gente se decidiera a estudiar guitarra o música... sería este un mundo más feliz y mejor.
(1) La hermana María Teresa, la señorita Crucita Gil, la hermana Rebeca, la hermana Raquel... maestras en el Colegio San José de Tarbes (El Paraíso) y en la música. No solamente lidiaron conmigo en lo que a mi aprendizaje se refiere, sino también me enseñaron los primeros rudimentos en la guitarra. Con ellas aprendí a tocar el instrumento para cantar a Dios durante las misas.
(2) El profesor Laureano Herrera. Cuando yo tenía como 12 o 13 años, mis padres contrataron a Laureano, a quien recuerdo como un personaje especial. Él era profesor de mi primo Alberto Andrade y de mi tía Olga, y luego me entusiasmé y lo contrataron para mi. Nos enseñó a afinar la guitarra y a puntear algunas cosas en el instrumento. Aún yo no sabía leer música, pero ya sabía cómo leer las tablaturas y los tonos, y Laureano empleaba ese sistema para enseñarnos. Aprendimos muchísimas canciones, y sobre todo cómo acompañar con el instrumento.
(3) Luis Alfredo Pérez me dio clases en Musiyama, una de las escuelas de Yamaha, ubicada en el Centro Comercial San Martín. Contaba yo como con 16 años, más o menos. Ya Luis Alfredo me empezó a instruir en la lectura musical, algunas cosas de solfeo, y con ello se me despertó un interés inconmensurable e indetenible por saber más y más sobre la guitarra. Ya para esa época había tenido mis primeros contactos con la música barroca: descubrí a Bach y simultáneamente descubrí que Bach se podía hacer en la guitarra, gracias a un maravilloso disco que mis padres me regalaron, el de Alirio Díaz ejecutando obras de Bach.
Gracias a Pérez, fui como a dos o tres -no recuerdo cuántos fueron- festivales organizados por Yamaha de Venezuela, en el cual participamos estudiantes de todas las escuelas Musiyama de Caracas; tanto en el Teatro Las Palmas como en el Don Bosco de Altamira. En el marco de esos eventos conocí al maestro José Peñín, eminente musicólogo fallecido en agosto de 2008. Una de las frases de Peñín que han marcado mucho de mi quehacer musical es: "la mejor música es la que uno hace".
(4) Lourdes (Lula) Becerra. Luis Alfredo se fue y entró a trabajar Lula, una muchacha que me introdujo más de lleno en la disciplina del estudio de la guitarra. Con ella conocí el método de Julio Sagregas, y el solfeo a través de "Solfeo de los Solfeos" volumen 1-A. Ella me dio clases durante un año más o menos, al cabo de lo cual, dejó la escuela, y me contrataron a mi!!! Fue mi primer trabajo en toda mi vida, corría el año 1981, y trabajé con la señora Lilian Vale y su esposo, durante dos años.
(5) El maestro Aldo Lagrutta. En 1983 dejé los estudios de Estadística en la Universidad Central de Venezuela. Para ese momento decidí que mi verdadera vocación era la música, pero lamentablemente pertenezco a una generación para la cual los padres de uno pegaban el grito en el cielo cuando uno manifestaba que quería ser músico... o artista. Así que me puse a estudiar Comunicación Social en enero de 1984, pero ya en octubre del 83 me había inscrito en la Escuela de Música Pablo Castellanos de Macuto, para cursar Guitarra como Dios manda... bajo la dirección de Aldo. Con él estudié hasta 1987, año cuando él decidió irse del país. Actualmente vive en Alemania y desarrolla una importantísima carrera como concertista, con una técnica estupenda y depurada.
(6) El maestro Leopoldo Igarza, me "adoptó" cuando Aldo se fue. Con él estudié hasta 1989, y luego esporádicamente en el 91, 93, 95, 98... la irregularidad se debe a que me gradué en Comunicación Social, y consecuentemente me puse a trabajar. La vida se complica, y el estudio de la guitarra comenzó a compartirse con otras actividades... eventualmente comencé a dar alguno que otro concierto, en 2001 grabé "Poema Barroco", particié en algunos festivales.
(7) El maestro Bartolomé Díaz es actualmente mi maestro. En diciembre de 2006 decidí adquirir la guitarrilla y en 2007 comencé formalmente a estudiar el instrumento, con el cual hacia el último tercio de ese año mostré el trabajo realizado. Aún sigo con Barto, actualmente trabajo en paralelo la guitarrilla con la guitarra barroca, y mis pretensiones son continuar con esta propuesta...
De verdad, a mis maestros todo mi agradecimiento. Qué Dios les dé salud, oportunidades de éxito y que sigan guiando los pasos de muchos estudiantes. Ojalá toda la gente se decidiera a estudiar guitarra o música... sería este un mundo más feliz y mejor.
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